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La información es poder (poder tecnológico)

Los ingenieros de Prosistemas han diseñado un sistema, único en el mundo hasta la fecha, para sensorizar y monitorizar todos los procesos químicos que sufre el hormigón desde que sale de la planta de mezclado, durante el crítico transporte y en obra hasta varias semanas después del vertido y el curado. Observado en tiempo real, permite realizar ajustes inmediatos sobre la mezcla para evitar patologías en el futuro. Si un camión ofrece un dato anómalo durante el viaje, ya se activa un reemplazo inmediato de hormigonera para no entorpecer los tiempos que se manejan dentro de la planta. Estamos hablando de precisiones de minutos que pueden verse alteradas por el propio tráfico local, un cambio climatológico o un accidente en la carretera. Todo ello puede influir en las cualidades del hormigón.

En la salida de la planta de hormigón se hace un primer test a cada camión. El vehículo está sensorizado para informar en tiempo real sobre las revoluciones de la hormigonera o los cambios en la resistencia y humedad de la mezcla. Esta es la primera vez en la industria de pavimentación en la que toda una flota -todos y cada uno de sus viajes- son monitorizados de este modo tan preciso. Hay que tener en cuenta que la vida útil de la mezcla que lleva ese camión es de unos 90 minutos, y que en la obra, durante el verano, se han llegado a registrar 43 grados centígrados. Todo esto debe tenerse en cuenta para trabajar con distintos productos aditivos o sistemas mecánicos que garanticen las propiedades del hormigón y los tiempos adecuados de curado.

Durante la ejecución de este proyecto se realizarán 500.000 registros para controlar la calidad del hormigón

Ya en la obra, en el propio vertido del hormigón sobre el mallazo se introducen cientos de sensores de alta tecnología que enviarán durante semanas y en tiempo real la información de diversos parámetros que permiten saber cómo está evolucionando la mezcla hasta curarse y conformar un hormigón con la resistencia calculada previamente. Los sensores quedan de por vida formando parte del pavimento. En conjunto, durante la ejecución de este proyecto se realizarán 500.000 registros para controlar la calidad del hormigón.

Hay que trabajar con cantidades astronómicas con la precisión de un relojero, pues la vida útil de las cualidades del hormigón fresco es, como se ha dicho en líneas anteriores, de apenas una hora y media. Cada día durante seis meses y de manera ininterrumpida se completará una superficie de 1.250 metros cuadrados, justo la dimensión de una piscina olímpica.

¿Quieres conocer este proyecto de primera mano? Hablemos

Rellena el formulario y podrás conocer a pie de obra cómo se construye un pavimento tecnológico de altas prestaciones de estas características. Nuestro equipo organizará una visita a la obra donde podrás conocer de primera mano los retos tecnológicos y constructivos de esta obra mayúscula.

Estas visitas están destinadas a ingenierías y propiedades/clientes que Prosistemas autorice.

Un pavimento más sostenible

La sensorización de todas las fases ha permitido a Prosistemas aprovechar los equipos para establecer un sistema de control medioambiental. Es único en el mundo por su potencia para detectar cantidades de partículas por millón de emisiones de formaldehídos o de dióxido de carbono. Se trata de una estación medioambiental que permanece operativa durante toda la ejecución del proyecto y que permite tomar acciones inmediatas para mantener la sostenibilidad de todo el proyecto.