Los ingenieros de Prosistemas han diseñado un sistema, único en el mundo hasta la fecha, para sensorizar y monitorizar todos los procesos químicos que sufre el hormigón desde que sale de la planta de mezclado, durante el crítico transporte y en obra hasta varias semanas después del vertido y el curado. Observado en tiempo real, permite realizar ajustes inmediatos sobre la mezcla para evitar patologías en el futuro. Si un camión ofrece un dato anómalo durante el viaje, ya se activa un reemplazo inmediato de hormigonera para no entorpecer los tiempos que se manejan dentro de la planta. Estamos hablando de precisiones de minutos que pueden verse alteradas por el propio tráfico local, un cambio climatológico o un accidente en la carretera. Todo ello puede influir en las cualidades del hormigón.
En la salida de la planta de hormigón se hace un primer test a cada camión. El vehículo está sensorizado para informar en tiempo real sobre las revoluciones de la hormigonera o los cambios en la resistencia y humedad de la mezcla. Esta es la primera vez en la industria de pavimentación en la que toda una flota -todos y cada uno de sus viajes- son monitorizados de este modo tan preciso. Hay que tener en cuenta que la vida útil de la mezcla que lleva ese camión es de unos 90 minutos, y que en la obra, durante el verano, se han llegado a registrar 43 grados centígrados. Todo esto debe tenerse en cuenta para trabajar con distintos productos aditivos o sistemas mecánicos que garanticen las propiedades del hormigón y los tiempos adecuados de curado.